En esta etapa de crecimiento, desarrollo y curiosidad constante, los más pequeños muestran una imaginación impresionante y es normal que sin daros cuenta vuestra casa se convierta en un mar, un desierto o una selva y vuestro sofá en un barco pirata, en una casa o una cueva. Es importante, dentro de lo que sea posible y estableciendo algunas normas, dejar que vuestros hijos imaginen, creen y jueguen en los diferentes espacios de la casa para que puedan gozar el máximo de experiencias posibles.
Estos juegos fomentarán el desarrollo del equilibrio, la organización espacial, la lateralidad y la coordinación motora.