jueves, 10 de noviembre de 2016

CONCIENCIA CORPORAL

Al atardecer empiezan los rituales en el hogar (baño, cena, cuento y/o canción de buenas noches...) para concluir en un plácido sueño que ayudará a los pequeños a crecer y ha tomar fuerzas para afrontar el día siguiente. En este post comparto un par de actividades que pueden formar parte de estos momentos y que relajaran y ayudaran a vuestros hijos e hijas a adquirir conciencia de su cuerpo y a relajarlo para descansar mejor.

EN EL BAÑO: La primera parte consiste en acompañar al niño/a durante el baño animándole a enjabonarse él solo cada parte de su cuerpo, empezando por la cabeza y terminando por los pies, fijando la atención en cada una de las partes y repasando sus características. Esta actividad también se puede hacer en el momento de extender la cremita hidratante después del baño. 

Ambos momentos son perfectos para que el niño tome conciencia de cómo es su cuerpo, de las partes que lo componen y de sus particularidades, además de crecer en autonomía y en hábitos de higiene básicos para su crecimiento personal.
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EN LA CAMA: para finalizar el día, y sobretodo en aquellos en que los pequeños están más agitados, es buena opción realizar una relajación guiada del cuerpo. Esta actividad les ayudará a dormirse a la vez que toman conciencia corporal de una forma más abstracta ya que no pueden ver ni tocar las partes de su cuerpo, tan solo deben imaginarla y sentirla.

Para llevarla a cabo podemos utilizar una música tranquila, clásica o de relajación (siempre instrumental) aunque también puede realizarse sin ella.

Con los más pequeños podemos empezar: "Ahora, el cuerpo necesita descansar y para ello el sueño debe entrar en él. Debemos estar quietecitos y con los ojos cerrados para poder notar como el sueño de hoy que es de color azul (o rojo o amarillo ... o incluso podemos preguntarle al niño/a: ¿de que color es tu sueño hoy?) empieza a entrar haciendo cosquillitas por la punta de los dedos de los pies y va subiendo despacito relajando y durmiendo los tobillos... y va subiendo cosquilleando y tiñiendo de azul tu cuerpecito, ahora esta pasando por las piernas, las rodillas... que estan muy cansadas de tanto caminar y correr y saltar..." de esta forma el adulto debe ir pronuciando con una voz dulce y pausada un recorrido por todo el cuerpo desde los pies a la cabeza que ayudará al niño a relajarse, a visualizar interiormente las partes de su cuerpo e incluso cómo cada una de ellas ha trabajado durante el día. Seguramente antes de terminar la relajación guiada el pequeño/a ya estará profundamente dormido.

A continuaición comparto otro ejemplo de relajación que podemos utilizar con niños un poco mayores (de 5 y 6 años):






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