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Por esta razón dedico este post a compartir esta bella y sencilla actividad para que los más pequeños se despierten por la mañana con las ganas de observar la mágia de la naturaleza.
Para empezar debeis poner la legumbre entre algodon o papel de cocina dentro de un bote de cristal que nos permitirá ver en todo momento los cambios que se producen en la legumbre. Ésta al ser humedecida se agrietará y de ella saldrán raíces y un tallo que día a día crecerá hasta alcanzar la superficie, momento en el que seguirá creciendo a la vez que irá desarrollando pequeñas hojas.
Con este fácil experimento despertamos el interés y la sensibilidad del niño hacia la naturaleza y puede complementarse plantando diferentes semillas en macetas para observar como crecen así como las diferencias que hay entre las plantas que brotarán de ellas.
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